Nebulona se ha cansado del ajetreo de los viajes espaciales y ha decidido quedarse durante un tiempo en la Tierra. Sus inconfundibles brazos en forma de lágrima abrazan ahora un asiento regordete y torneado que es una clara invitación a la siesta. Déjate rodear y comprobarás lo bonito que es viajar, aunque sólo sea con la imaginación.