Milonga es una librería de patas largas, que se sitúa con una cadencia delicada entre los espacios. Como pieza divisoria entre ambientes o, más tradicionalmente, contra la pared, se trata de una pieza imprescindible para organizar la propia biblioteca doméstica. Técnica, a la vez que audaz y distintiva, Milonga juega con los colores de los tubos y la disposición de los estantes. Es justamente la sucesión de superficies lo que da movimiento a la librería, repitiendo el ritmo de las líneas impresas en los cuadernos de nuestra infancia.